¿Qué es?
Es toda actividad espontánea en la cual los niños/as utilizan su capacidad mental para recrear un escenario como entretenimiento. Se trata de una actividad en la que el niño pasa continuamente de lo real a lo imaginario.
A través de este juego el niño representa, de forma simbólica, los roles y las situaciones del mundo que le rodea. Este juego implica “hacer como si”.
Este tipo de juego comienza a desarrollarse a los dos años (aunque todo depende de la madurez psicológica de cada niño). A esta edad, los pequeños se limitan a reproducir actividades de la vida diaria de los adultos.
Pero a medida que afianzan su imaginación, el lenguaje y capacidad de representar situaciones, los niños son capaces de crear escenarios cada vez más complejos.
Beneficios del juego simbólico:
- Ayuda a exteriorizar sentimientos y emociones como los miedos, la rabia, la angustia o la tristeza de un modo adecuado.
- Estimula el aprendizaje de competencias sociales y habilidades como la cooperación y el trabajo en equipo.
- Incentiva la adquisición de nuevas conductas.
- Amplía el vocabulario.
- Fomenta la creatividad y la imaginación.
- Facilita el conocimiento y dominio de su propio cuerpo.
- Estimula la curiosidad.
- Contribuye al conocimiento del entorno y del funcionamiento de las cosas.
- Fortalece el desarrollo motor y las habilidades manipulativas.
- Potencia la comprensión y asimilación del entorno y del mundo que le rodea.
- Desarrolla la capacidad imaginativa y creativa
- Favorece el desarrollo del pensamiento.
- Estimula la capacidad del lenguaje y la comunicación.
- Ayuda al desarrollo de la socialización y de la inteligencia emocional.
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